Cuentos para Reflexionar

 

 

El

 

Problema

 

Cierto día en un monasterio Budista, se encontraron con la muerte de uno de sus guardianes y fue preciso encontrar un substituto. El Gran Maestro convoco a todos los discípulos para determinar quien seria el nuevo centinela. El Maestro, con mucha tranquilidad y calma, dijo: "Asumirá el puesto el primer monje que resuelva el problema que voy a presentar." Entonces coloco una magnifica mesita en el centro de la enorme sala en que estaban reunidos y encima de esta, coloco un jarrón de porcelana muy raro con una rosa amarilla de extraordinaria belleza en el y dijo así: "!Aquí esta el problema! " Todos quedaron asombrados mirando aquella escena; un jarrón de extremo valor y belleza, con una maravillosa flor en el centro. ¿Que representaría?, ¿Que hacer?, ¿Cual es el enigma? En ese instante, uno de los discípulos saco una espada, miro al Gran Maestro, y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y ... ZAZ ... destruyo todo de un solo golpe. Tan pronto el discípulo retorno a su lugar, el Gran Maestro dijo: "Usted será el nuevo guardián del Castillo".

Moraleja de la Historia: No importa cual sea el problema, ni que sea algo lindísimo, si ves un problema, precisa ser eliminado, terminado, concluido. Un problema es un problema, no importa que se trate de una mujer sensacional, o de un hombre maravilloso o de un gran amor que se acabo, por más lindo que sea o haya sido, si no existiera mas sentido para el en tu vida, tiene que ser suprimido porque corres el riesgo de permanecer con el, el resto de tu vida. Muchas personas cargan la vida entera el peso de cosas que fueron importantes en el pasado, y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en sus corazones y mentes, espacio que es indispensable para recrear la vida, sobre todo si el problema es algún sentimiento de rencor o reproche, que aunque en algún momento de tu vida te haya hecho mucho daño, eso solo forma parte de un pasado.

Existe un proverbio Chino que dice: "Para poder beber vino es necesario primero tirar el te". Limpia tu vida, comienza por las gavetas, armarios, hasta llegar a eso que ya no hacen mas sentido y que están ocupando espacio y que muchas veces lejos de ayudarte te hiere y te impide tomar un curso diferente en tu vida. El pasado sirve como lección, como experiencia, como referencia. El pasado sirve para ser recordado y no para ser revivido. Usa las experiencias del pasado en el presente, para construir tu futuro. Necesariamente en ese orden!

 

 

 
    
   
   LOS
 
            TRES
 
                      PELOS
         Una mujer muy sabia se despertó una mañana, se miró al espejo y notó que tenía solamente tres cabellos en su cabeza. 'Hummm' pensó, 'creo que hoy me voy a hacer una trenza'. Así lo hizo y pasó un día maravilloso.

El siguiente día se despertó, se miró al espejo y vio que solamente tenía dos cabellos en su cabeza. 'Hummm' dijo 'creo que hoy me peinaré de raya en medio'. Así lo hizo y paso un día grandioso.

El siguiente día cuando despertó se miró al espejo y notó que solamente le quedaba un cabello en su cabeza. 'Bueno' ella dijo 'ahora me voy a hacer una cola de caballo'. Así lo hizo y tuvo un día muy, muy divertido.

A la mañana siguiente cuando despertó corrió al espejo y enseguida notó que no le quedaba ni un solo cabello en la cabeza. 'Que bien' exclamó 'hoy no voy a tener que peinarme'.

La actitud es todo.
La vida no es esperar a que la tormenta pase. Es aprender a bailar bajo lo lluvia.
 
 

 

Vemos lo que hay en el corazón

Después de varios años sin verse, dos amigos de la infancia se encontraron por casualidad y entablaron un diálogo. Al cabo de unos minutos uno le preguntó al otro:

-Desde tu punto de vista, ¿qué parezco?

Pareces un venerable Buda, respondió el amigo…

-¿Sabes tú a mí qué me pareces? (dijo el primero) Me pareces un don nadie.

En eso que pasó un sabio por delante de ellos, se detuvo un instante y les dijo: “El ojo sólo ve lo que hay en el corazón, tu amigo te veía como un Buda, lo que demuestra que tiene un buda en el corazón; tú, en cambio, le has dicho que parece un don nadie.

¡Piensa qué es lo que tienes en el corazón!

 

 

La casa de los mil espejos

 

Un día un perrito entró en una casa abandonada y en una habitación se encontró con mil perritos que lo observaban fijamente. Vio, con asombro, que todos los cachorros comenzaron a mover la cola, justo en el momento en que él manifestó alegría. Luego ladró festivamente a uno de ellos, y el conjunto de canes le respondió de manera orquestada, idéntica. Todos sonreían y latían como él. Mientras se marchaba pensó que este era un lugar muy agradable, que volvería con frecuencia por allí.

Pasado un tiempo, otro perro callejero entró en la misma habitación, pero sorprendido y asustado empezó a gruñir, al tiempo que otros mil perros hacían lo mismo que él. Después les ladró con fuerza y los otros también hicieron lo mismo de una forma muy ruidosa. Cuando salió del cuarto pensó: “qué lugar más horrible, nunca regresare”

Naturalmente ninguno de los dos canes pudo leer el cartel que había en el exterior de la mansión: “La casa de los mil espejos”

Los rostros que observamos en el mundo son espejos. La vida, al igual que el eco o los espejos, nos devuelve lo que hacemos.

-Ejercicio de aplicación: Consigue un espejo, sonríele al personaje que aparece y no te enfades ni te asustes si te contesta con una divina carcajada

 

 

 

 

La felicidad

Desesperado, el discípulo le dijo al maestro:
— Necesito que alguien me ayude o voy a volverme loco. Vivo en una pequeña habitación con mi mujer, mis hijos y mis parientes, de manera que tenemos los nervios a punto de estallar y no dejamos de gritarnos y de increparnos los unos a los otros. Aquello es un verdadero infierno.
— ¿Me prometes que harás lo que yo te ordene? — le dijo el maestro con toda seriedad.
— ¡Te juro que lo haré!
— Perfectamente. ¿Cuántos animales tienes?
— Una vaca, una cabra, seis gallinas….. y alguno más.
— Mételos a todos en la habitación y vuelve dentro de una semana.
El discípulo se horrorizó, pero había prometido obedecer. De modo que lo hizo y regresó al cabo de una semana quejándose desconsoladamente:
— ¡Vengo hecho un manojo de nervios! ¡Qué suciedad, qué peste, qué ruido! ¡Estamos todos a punto de volvernos locos!
— Mete ahora el perro y el caballo y vuelve dentro de una semana.
Cuando el hombre regresó, ya no podía más. Su situación era insoportable.
— Ahora vuelve — dijo el maestro —, y saca a todos los animales afuera.
El hombre se marchó a su casa corriendo y regresó al día siguiente radiante de alegría:
— ¡Qué felicidad! Han salido todos los animales y aquello es ahora el paraíso. ¡Qué tranquilidad, qué limpieza, qué amplitud! 
 

Cuento de la tradición taoísta.

 

 

 

 

¿Dónde se esconde la felicidad?

 

 

En cierta ocasión se reunieron todos los Dioses y decidieron
crear al hombre y la mujer; planearon hacerlo a su imagen
y semejanza, entonces uno de ellos dijo: esperen, si los vamos
a hacer a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo
igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual a la nuestra,
debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de no
ser así, estaremos creando nuevos dioses. Debemos quitarles
algo, pero, Que les quitamos? Después de mucho pensar uno de
ellos dijo: ya se!, vamos a quitarles la felicidad, pero el
problema va a ser donde esconderla para que no la encuentren
jamás. Propuso el primero: Vamos a esconderla en la cima del
monte mas alto del mundo; a lo que inmediatamente repuso otro:
no, recuerda que les dimos fuerza, alguna vez alguien puede
subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán
donde está. Luego propuso otro: Entonces vamos a esconderla en
el fondo del mar, y otro contesto: no, recuerda que les dimos
inteligencia, alguna vez alguien va a construir una maquina con la que pueda bajar y entonces la encontrara.
Uno mas dijo: Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra.          Y le dijeron:
No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien va
construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y
la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad y serán
iguales a nosotros. El último de ellos, era un Dios que había
permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las
propuestas de los demás dioses, analizo en silencio cada una
de ellas y entonces rompió el silencio y dijo: creo saber a
donde ponerla para que realmente nunca la encuentren, todos
le miraron asombrados y preguntaron al unísono: ¿Dónde?
La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados
buscándola fuera, que nunca la encontraran.

Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así, el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la lleva consigo.

 

 

Caravana de camellos

Una caravana que iba por el desierto se detuvo cuando empezaba a caer la noche.

Un muchacho, encargado de atar a los camellos, se dirigió al guía y le dijo:

-Señor, tenemos un problema. Hay que atar a veinte camellos y sólo tengo diecinueve cuerdas. ¿Qué hago?

-Bueno -dijo el guía-, en realidad los camellos no son muy lúcidos. Ve donde está el camello sin cuerda y haz como que lo atas. El se va a creer que lo estás atando y se va a quedar quieto.

El muchacho así lo hizo. A la mañana siguiente, cuando la caravana se puso en marcha, todos los camellos avanzaron en fila. Todos menos uno.

-Señor, hay un camello que no sigue a la caravana.

-¿Es el que no ataste ayer porque no tenías soga?

-Sí ¿cómo lo sabe?

-No importa. Ve y haz como que lo desatas, si no va a creer que siguen atado. Y si lo sigue creyendo no caminará.

Este cuento ilustra de qué forma los límites no lo impone la realidad, sino nuestras propias creencias. Somos como el camello, atados sin cuerda.

 

 

El barrendero del monasterio

Un hombre, muy sencillo y analfabeto, llamó a las puertas de un monasterio. Tenía deseos verdaderos de purificarse y hallar un sentido a la existencia. Pidió que le aceptasen como novicio, pero los monjes pensaron que el hombre era tan simple e iletrado que no podría ni entender las más básicas escrituras ni efectuar los más elementales estudios. Como le vieron muy interesado por permanecer en el monasterio, le proporcionaron una escoba y le dijeron que se ocupara diariamente de barrer el jardín. Así, durante años, el hombre barrió muy minuciosamente el jardín sin faltar ni un solo día a su deber. Paulatinamente, todos los monjes empezaron a ver cambios en la actitud del hombre. ¡Se le veía tan tranquilo, gozoso, equilibrado! Emanaba de todo él una atmósfera de paz sublime. Y tanto llamaba la atención su inspiradora presencia, que los monjes, al hablar con él, se dieron cuenta de que había obtenido un considerable grado de evolución espiritual y una excepcional pureza de corazón. Extrañados, le preguntaron si había seguido alguna práctica o método especiales, pero el hombre, muy sencillamente, repuso:
–No, no he hecho nada, creedme.
Me he dedicado diariamente, con amor, a limpiar el jardín, y, cada vez que barría la basura, pensaba que estaba también barriendo mi corazón y limpiándome de todo veneno.

 

Solo existe una persona capaz de limitar tu crecimiento

En un funeral, uno a uno los empleados agitados se aproximaban al ataúd, miraban al difunto y tragaban seco. Se quedaban unos minutos en el más absoluto silencio, como si les hubieran tocado lo más profundo del alma.

Resulta que en el fondo del ataúd había un espejo, donde al mirar cada uno se veía reflejado, con el siguiente texto:

“Sólo existe una persona capaz de limitar tu crecimiento: ¡TU MISMO”!

Tú eres la única persona que puede hacer una revolución en tu vida. Tú eres la única persona que puede perjudicar tu vida, y la única que puede ayudarse.

Tu vida no cambia cuando cambia tu jefe, cuando tus amigos cambian, cuando tus padres cambian, cuando tu pareja cambia. Tu vida cambia, cuando tú cambias, eres el único responsable por ella. “Examínate y no te dejes vencer”

“El mundo es como un espejo, que devuelve a cada persona, el reflejo de sus propios pensamientos. La manera como tu encaras la vida es lo que hace la diferencia”.

 

 

     

La Ranita

Un grupo de ranas iban atravesando un bosque y dos de ellas cayeron en un hoyo muy profundo. El resto de las ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron que este era muy profundo, les dijeron a las dos ranas que se dieran por muertas.

Las dos ranas ignoraron los comentarios y trataron de saltar con todas sus fuerzas para salir del hoyo. Las demás ranas siguieron diciéndoles que se detuvieran, que se dieran por muertas.
Finalmente una de las ranas hizo caso a lo que las otras ranas estaban diciendo y se dio por vencida. Se dejó caer al suelo y murió.
La otra rana continuó saltando tan fuerte como pudo. Nuevamente el grupo de ranas le gritaron que ya no sufriera intentando salir y que mejor se dejara morir. La rana saltaba más y más fuerte y finalmente logró salir.

Esta rana era sorda y no le era posible escuchar a las demás. Ella pensó que sus compañeras estaban animándola todo el tiempo.
Esta historia nos enseña dos lecciones:

Nuestra boca tiene el poder de la vida y la muerte

y nuestras ganas, voluntad y coraje son capaces de vencer cualquier limitación.

 

  Del libro "La culpa es de la vaca", compilado por Jaime Lopera Gutiérrez y Martha Inés Bernal trujillo. Ed. Intermedio.

 

 

¿Cuáles son las cosas importantes de tu vida?

 

Un experto asesor de empresas quiso sorprender a los asistentes a su conferencia. Saco de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo coloco sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y pregunto:
¿Cuántas piedras piensan que caben en el frasco?
Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que lleno el frasco. Luego pregunto : ¿Está lleno? Todo el mundo lo miro y asintió.

Entonces saco de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agito. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto sonrío con ironía y repitió: ¿Está lleno?
Esta vez los oyentes dudaron: Tal vez no.
¡Bien!. Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava. ¿Está lleno? pregunto de nuevo. ¡No!, exclamaron los asistentes.
Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco.
El frasco aun no rebosaba.
Bueno, ¿qué hemos demostrado?, pregunto. Un alumno respondió:

Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.
¡No!, concluyo el experto: lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después.
¿Cuáles son las grandes piedras en tu vida?.

Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona amada?.

Recuerda, ponlas primero. El resto encontrara su lugar.